Pureza y suciedad
Cada día deambulamos entre la suciedad y la maldad. La suciedad moral cubre el mundo entero con un polvo negro, como un manto compacto. Este polvo penetra todo y todo lo devasta con una fuerza terrible. Nosotros, quienes creemos, estamos llamados a permanecer puros en medio de toda esta suciedad.
Recuerdo ahora un relato que leí alguna vez, sobre una mina de carbón. En la entrada de la mina, en donde no había más que una capa compacta de polvo negro, crecía una flor blanca como la nieve, a la que tal polvo parecía no conseguir tocar. Contemplando con admiración aquella flor, los que pasaban por el lugar eran incapaces de explicarse tan extraña aparición. Un minero arrojó un puñado de polvo de carbón sobre la flor, pero ni la más pequeña partícula se le adhirió. Parecía que desde dentro de la flor venía una fuerza extraordinaria, rechazando el polvo. Los pétalos de la flor seguían tan inmaculados como al principio, en medio de tal negrura. Aún siendo tan frágiles, esos pétalos parecían tener la extraña cualidad de permanecer intactos, en medio todo lo que había a su alrededor.
Cada día deambulamos entre la suciedad y la maldad. La suciedad moral cubre el mundo entero con un polvo negro, cual un manto compacto. Este polvo penetra todo y todo lo devasta con una fuerza terrible. Nosotros, quienes creemos, estamos llamados a permanecer puros en medio de toda esta suciedad.
El alma que Cristo ha purificado no debe tocar ninguna impureza. Emblanquecido por el Señor y hallándose bajo Su santa protección, el alma debe permanecer limpia, al igual que aquella flor, aún en medio de toda la insondable oscuridad de la maldad del mundo. La gracia de Dios puede hacer semejante milagro. Ella puede proteger el alma de cualquier impureza, puede hacer que permanezca limpia, intacta, en medio de los pecados de un mundo devorado por los vicios, impidiendo que las fuerzas de la oscuridad le controlen.
(Traducido de: Fiecare zi, un dar al lui Dumnezeu: 366 cuvinte de folos pentru toate zilele anului, Editura Sophia, p. 124)