Palabras de espiritualidad

Qué debe hacer el confesor para que la persona viva espiritualmente

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si a la persona no le interesa vivir de la forma en que el Señor dispuso y no toma su cruz para seguirle, si no cree que el camino que el Señor le pone enfrente es salvador, podemos decir que es una persona sin fe, un descreído.

Tiene que convencer al individuo de la necesidad de la obediencia y la importancia de la humildad. Es necesario que entienda que está enfermo y que debe recibir lo que se le ha prescrito. La vida espiritual es posible sólo cuando el hombre reconoce su verdadero estado y se humilla; cuando acepta vivir bajo la cruz que el Señor le dejó. Sólo entonces puede hablarse de fe.

Si, no obstante, a la persona no le interesa vivir de la forma en que el Señor dispuso y no toma su cruz para seguirle, si no cree que el camino que el Señor le pone enfrente es salvador, podemos decir que es una persona sin fe, un descreído. Y si se trata de uno que no cree, ¿cómo ayudarlo?

También el sacerdote debe ser paciente, hacerse humilde, sufrir, soportar. Debe repetirse: “Si el Señor me dio esta carga, seré paciente. Él sabrá cómo actuar”. En cualquier caso, el sacerdote debe ver la verdad y no intentar engañar con un adulterado espiritual al individuo. Debe decirle la verdad. Y si éste no la acepta, el sacerdote debe insistir en ella. Es su deber. Después, ¡en las manos de Dios queda!

(Traducido de: Protoiereu Vladimir VorobievDuhovnicul și ucenicul, Editura Sophia, București, 2009, pp. 101-102)