Palabras de espiritualidad

¡Qué grande es la fuerza de la oración del niño!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Hallándose un día en la iglesia, comenzó a pedirle a Dios, entre lágrimas, que le “desatara” la mente.  Y, desde entonces, pudo comprender la sabiduría contenida en los libros de la Iglesia.

Para inspirar el fervor por la oración en los niños, les contaremos cómo muchas veces la pura oración de algún niño era fuente de acontecimientos milagrosos. Así sucedió, por ejemplo, en la infancia de San Alejandro de Svir. A él, como a San Sergio, la doctrina le parecía pesada de aprender. Y esto le entristecía mucho. Hallándose un día en la iglesia, comenzó a pedirle a Dios, entre lágrimas, que le “desatara” la mente. En aquel momento escuchó una voz que le decía: “¡Levántate, porque recibirás lo que acabas de pedir!”. Y, desde entonces, el pequeño Alejandro pudo comprender la sabiduría contenida en los libros de la Iglesia.

(Traducido de: Nikolai Evgrafovici Pestov, Cum să ne creștem copii. Calea spre desăvârșita bucurie, traducere din limba rusă de Lucia Ciornea, Editura Sophia, București, 2005, pp.48-49)