¿Qué hacer cuando el enojo nos oscurece la mente?
El enojo y la ira no pueden enmendar las cosas; al contrario, las degradan, debido a su propia degradación.
Por causa de las incontables imperfecciones existentes en nuestras relaciones con los demás, pueden aparecer muchas situaciones críticas; luego, si nos enfadáramos cada vez que esto ocurre, no nos quedaría mucho tiempo de vida.
Además, el enojo y la ira no pueden enmendar las cosas; al contrario, las degradan, debido a su propia... degradación. Es mejor mantener siempre la calma y ser ecuánimes con nosotros mismos, llenos de amor y respeto hacia quienes tienen una moral sufriente, y especialmente para con nuestros seres queridos, nuestros familiares y nuestros subalternos. Porque el hombre no es un ángel y, sumado a esto, nuestra vida ha llegado a transcurrir de una forma tal que es imposible que no pequemos cada día, aún involuntariamente, incluso cuando más decididos estamos a no seguir haciéndolo. “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero: eso es lo que hago” (Romanos 7, 19).
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viața mea în Hristos, Editura Sophia, București, 2005, p. 229)