«¡Durante muchos años viviste sumido en el pecado! Y ahora crees que, para purificarte, necesitas la misma cantidad de años, pero de arrepentimiento. ¡No, no es así! Dios te recibirá cuando odies el pecado y cambies tu forma de vida, cuando acudas a Él con fe, esperanza y amor. El arrepentimiento profundo y sincero tiene tanto poder, que en un instante puede purificar y salvar al hombre. Esto fue lo que le ocurrió a aquel bandido crucificado al lado de Cristo. Dijo solamente: “¡Acuérdate de mí, Señor, cuando entres en Tu Reino!”. Y, gracias a esa contrición sincera, se hizo de un lugar en el Cielo. “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, le aseguró el Señor desde la Cruz».

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Călăuzire către viața duhovnicească, Editura Egumenița, p. 127)