¡Que su corazón sea simple!
Simpleza y bondad. Esto es todo, para obtener la gracia divina. ¡Cuántos misterios se esconden en las Sagradas Escrituras!
Que su corazón sea simple, no con dos caras y falso; bueno, pero no astuto e interesado. El alma simple y buena es agradable a todos, todos descansan en ella, se le acercan sin temor, sin dudas. Tal clase de alma vive en paz interior y en buenas relaciones con todos los demás y con toda la creación.
Simpleza y bondad. Esto es todo, para obtener la gracia divina. ¡Cuántos misterios se esconden en las Sagradas Escrituras! El alma “mala” es una que obra el mal. Hacia ésta no desciende ni en ella habita la sabiduría divina. En donde hay corrupción y treta no viene la gracia de Dios.
(Traducido de: Ne vorbeşte Părintele Porfirie, Editura Egumeniţa, Galaţi, pp. 233-234)