¡Que venga todo, con tal de obtener a Cristo!
¡Ahora empiezo a ser un discípulo verdadero! ¡Que ninguna criatura visible o invisible intente impedirme obtener a Cristo!
Quisiera que las fieras estuvieran listas para venir a mí, y oro para que así sea.
Y, al verlas venir, las halagaré, para que me devoren con rapidez. No siento miedo, como algunos otros que huyen de ellas. Y si no quieren venir a mí, las obligaré a que vengan.
¡Perdónenme! Yo sé bien lo que es bueno para mí. ¡Ahora empiezo a ser un discípulo verdadero! ¡Que ninguna criatura visible o invisible intente impedirme obtener a Cristo!
¡Que vengan a mí el fuego y la cruz, o salvajes jaurías de fieras! ¡Que vengan a desollarme, a desmembrarme, a romperme los huesos y a triturar mi cuerpo entero, con todos los tormentos del maligno!
¡Que venga todo, con tal de obtener a Cristo!
(Traducido de: Sfântul Ignatie Teoforul, Epistole (către romani), cap. V, 2-3, în PSB, vol. I, p. 211)