Palabras de espiritualidad

¡Quédate con nosotros, Santa Madre del Señor!

  • Foto: Silviu Cluci

    Foto: Silviu Cluci

¡Señor, Tu amor hacia nosotros supera infinitamente el amor de cualquier padre, de cualquier madre, de los esposos más amorosos! ¡Te pedimos, ten piedad de nosotros!

¡Señor, Tu amor hacia nosotros supera infinitamente el amor de cualquier padre, de cualquier madre, de los esposos más amorosos! ¡Te pedimos, ten piedad de nosotros!

¡Santísima Madre de Dios, Señora nuestra! Tu amor por la humanidad no puede ser comparado con el de ninguna madre de este mundo. Por eso, ¡te pedimos que atiendas nuestras súplicas y acudas a socorrernos, para que pronunciemos tu nombre desde lo profundo del corazón! ¡Para que sigamos orando a ti con devoción! ¡Para que busquemos pronto la protección de tu Manto, sin cavilar, sin demora alguna!

Oramos a la Madre del Señor, quien es muy Bondadosa y sin mancha, y ella ora por nosotros. La exaltamos, sabiendo que ella está más allá de cualquier glorificación y que todo el tiempo ora por nosotros. La enaltecemos, sabiendo que ella está más allá de toda veneración, preparándonos la gloria eterna. Le decimos, una y otra vez: “¡Regocíjate!”, y ella le pide a su Hijo y Dios: “¡Hijo mío muy amado! Ellos me saludan con fervor, diciéndome: ‘¡Regocíjate!’; ¡concédeles, entonces, el gozo eterno!”.

(Traducido de: Sfântul Ioan din KronstadtViața mea în Hristos, Editura Sophia, București, 2005, p. 83)