Palabras de espiritualidad

Quien no ha visto con sus propios ojos la luz, es incapaz de describirla

  • Foto: Benedict Both

    Foto: Benedict Both

Es imposible hacer fuego con madera mojada, y el calor divino no se enciende en un corazón que ama la holganza.

Qué desagradable es oir hablar de cosas espirituales a uno que está prendado de su cuerpo y de su propio vientre; es como si una ramera viniera a hablarnos de la virginidad. Cuando el cuerpo está muy enfermo, rechaza las comidas grasosas que le provocan asco; de la misma forma, la mente ocupada con las cosas mundanas no puede acercarse al conocimiento de lo divino. Es imposible hacer fuego con madera mojada, y el calor divino no se enciende en un corazón que ama la holganza. La mujer adúltera no es capaz de amar a un solo hombre; de igual forma, el alma atada a muchas cosas es incapaz de perseverar en las enseñanzas divinas. Así como aquel que no ha visto con sus propios ojos la luz del sol es incapaz de describirla, porque tampoco puede sentirla, de igual forma, quien que no ha gustado con su alma la dulzura de las cosas divinas (no puede hablar de ellas).

(Traducido de: Isaac Sirul, Cuvinte despre nevoință, în Filocalia IX, traducere din greceşte, introducere şi note de pr. prof. dr. Dumitru Stăniloae, Editura Humanitas, Bucureşti, 2008, p. 119)