Palabras de espiritualidad

¿Quién no sabe que los santos son personas vivas?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Entra en relación con el santo cuyo nombre llevas o con San Juan el Bautista, quien es muy cercano y fácilmente abordable. Habla con la Madre del Señor. ¿A quién ha desatendido Ella, a quién no le ha enviado su consuelo?

Cuando alguien te rechace o se sienta molesto contigo, acércatele, pregúntale qué le ha ofendido, ofrécele un obsequio para hacerle sonreir, observa qué es lo que necesita para que te ame más o para que le ames más. Y esto, a pesar de que se trata de una persona como tú, mortal y pecador. Y todo esto debes hacerlo, aún con más razón, con un santo. Debes relacionarte con él, para que luego te resulte más fácil pedirle lo que necesitas. El santo luchó en vida, vivió en determinado lugar, sufrió por Cristo... y, por eso, no deja que conozcamos su misterio sin antes esforzarnos. Él está seguro que también nosotros, esforzándonos, podemos vencer, porque conoce por experiencia propia el amor y la disposición de Dios para enriquecernos. Y para entender su propio esfuerzo, debemos imitar su experiencia ascética. Este es un requisito de la ley espiritual, de la relación con los santos. En consecuencia, debemos alcanzar una relación personal con ellos. Y si no podemos conseguirlo con varios, hagámoslo al menos con uno. Es mejor contar con alguien más, antes que estar solos.

Así pues, entra en relación con el santo cuyo nombre llevas o con San Juan el Bautista, quien es muy cercano y fácilmente abordable. Hasta los musulmanes lo buscan. Habla también con San Nicolás, que ayuda incluso a los pecadores y a los culpables. Habla con la Madre del Señor. ¿A quién ha desatendido Ella, a quién no le ha enviado su consuelo? A Ella claman incluso las almas del infierno. Luego, ¿por qué no habríamos de hacerlo nosotros? Entonces, esforcémonos en tener nuestros propios intercesores. ¿Quién no sabe que los santos son personas vivas, que se encuentran en “la mano de Dios” y pueden, en consecuencia, actuar también?

(Traducido de: Arhimandrit Emilianos Simonopetritul, Cuvânt despre ascultare și priveghere, Editura Sf. Nectarie, pp. 68)