Recibe al Señor cual comida y bebida...
¿Por qué te parece tan asombroso que se te ofrezca, cual comida y bebida, el Cuerpo y la Sangre del Señor?
¿Por qué te parece tan asombroso que se te ofrezca, cual comida y bebida, el Cuerpo y la Sangre del Señor? Si antes te otorgó la carne de los animales que Él creó para que pudieras alimentarte, también Él mismo se te ofrece como alimento. Aquel que te nutrió con la leche de tu madre, Ése mismo te ofrece alimentarte con Su Cuerpo y Su Sangre. Cuando tu madre te amamantaba, te alimentaba también con sus propias cualidades, con su espíritu. Entonces, con el Cuerpo y la Sangre del Señor recibes el Espíritu y la Vida del Señor. Del mismo modo en que, siendo un bebé, vivías gracias a la leche de tu madre, habiendo crecido y convirtiéndote en un pecador, ahora vives alimentándote con la sangre de Aquel que te dio la vida, para que puedas vivir y crecer espiritualmente, hasta que seas un hombre de Dios, santo y manso. Si antes eras el hijo de tu madre, ahora lo eres de Dios, educado por Él, alimentado con Su Cuerpo y Su Sangre, es decir, con Su Espíritu, porque Su Cuerpo y Su Sangre son “Espíritu que da la vida” (Juan 6, 63), para que seas heredero del Reino de los Cielos, para el que fuiste creado y para el cual vives.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viața mea în Hristos, Editura Sophia, p. 429)