Recomendaciones para llevar una vida cristiana y valorar el tiempo
Repitamos constantemente la “Oración de Jesús”, para que podamos sentir la dulzura de la Gracia Divina. No discutamos, no perdamos el tiempo de nuestra vida en vano.
La nobleza es una virtud muy grande para el hombre, especialmente para el hombre espiritual. No hablemos con dureza, porque la acritud impide que venga la Gracia de Dios. Aprovechemos bien nuestro tiempo, porque luego nos lamentaremos por haber perdido momentos preciosos que ya no podremos recuperar. Repitamos constantemente la “Oración de Jesús”, para que podamos sentir la dulzura de la Gracia Divina. No discutamos, no perdamos el tiempo de nuestra vida en vano. Sobre todo, cuando comulgamos con frecuencia, tenemos que estar muy atentos. Digamos: “Cristo mío, mañana te recibiré en mi interior. ¿Soy digno de ello?”. Y oremos con humildad, con contrición. Cuando el sacerdote dice: “¡Estemos atentos! ¡El Santo de los Santos!”, se refiere a que, si alguien quiere comulgar, tiene que ser santo. Si tenemos algún problema con algún hermano o alguna hermana, si no tenemos humildad y no estamos preparados, es mejor no comulgar, porque ¿qué sentido tiene recibir a Cristo, si no nos esmeramos en mantenerlo en nuestro interior y sentir la Gracia Divina?
(Traducido de: Stareța Macrina Vassopoulos, Cuvinte din inimă, Editura Evanghelismos, p. 91)