Reconciliando profesión y familia
Traten de desestresarse al menos al volver a casa. La deuda con el banco no es todo en la vida de una persona. Imagínense que ha llegado el día de pagar la última cuota. ¿Queda algo de vida después de eso?
¿Qué podemos hacer con el tiempo, padre? No nos alcanza para nada. ¿Cómo repartirnos en ambos frentes, trabajo y familia?
—No hace falta dividirse. Me explico: nuestro riesgo, la gravedad de nuestra vida radica en el hecho de que, cuando cerramos la puerta al volver a casa, no se la cerramos también a nuestra profesión. No es posible ser tan bueno como para decir: “Listo, hasta este punto soy un trabajador. A partir de aquí estoy con mi familia. Soy profesor y, aquí, en casa, no tengo por qué enfadarme como lo hago con mis alumnos”. ¡No se puede! Luego, es importantísimo aprender a evitar los excesos.
“Tengo un trabajo muy estresante, al cual no puedo renunciar, porque aún tenemos una gran deuda con el banco y el salario de mi esposo no nos alcanza. ¿Qué me aconseja hacer?”.
—Traten de desestresarse al menos al volver a casa. La deuda con el banco no es todo en la vida de una persona. Imagínense que ha llegado el día de pagar la última cuota. ¿Queda algo de vida después de eso?
(Fragmento de la conferencia titulada: “Familia, casa sufletului copilului. Educația în iubire” [Familia, casa del alma del niño. Educando en el amor], del 12 de mayo de 2016)