Recordemos siempre estos dos ejemplos del amor al prójimo
Translation and adaptation:
Cuando ayudamos a nuestros semejantes, causamos una gran alegría a Dios, Quien, a Su vez, nos hace llegar Sus dones en abundancia.
Acordémonos del centurión Cornelio, quien se hizo digno de conocer la fe verdadera, porque “hacía abundantes limosnas al pueblo y oraba a Dios sin cesar” (Hechos 10, 2).
Recordemos también el ejemplo de la justa Tabita, quien “pasaba su vida haciendo el bien y repartía abundantes limosnas” (Hechos 9, 36). Y, al morir, fue resucitada con las oraciones del Apóstol Pedro.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, traducere de Cristian Spătărelu și Daniela Filioreanu, Editura Egumenița, p. 199)
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