Saber mucho y saber poco
Es mejor no saber nada, que utilizar lo aprendido para obrar el mal.
Un campesino inculto sabe más de lo que podría imaginarse cualquier erudito de la ciudad. Dios es quien lo instruye. Un ciudadano ilustrado sabe menos de lo que podría imaginarse un aldeano analfabeto. El orgullo merma su conocimiento.
Aprende lo que quieras y hazte del conocimiento que puedas. Sin embargo, hay algo fundamental que debes saber: siempre es mejor tener una vida virtuosa, que acumular vastos conocimientos. El hombre ilustrado, vestido con ropa de recluso, no provoca más que repulsión; por su parte, el inculto vestido como un presidiario lo que provoca es compasión.
Cuando sale a la luz que un intelectual ha cometido un crimen, todo el mundo se pregunta: “¿Cómo es que ese hombre pudo aprender tantas cosas, omitiendo dos que son de una importancia capital: el temor de Dios y el respeto a los demás?”,
Aprende lo que quieras y hazte del conocimiento que puedas; sin embargo, una sola cosa debes mantener en tu mente: no aprovecharte jamás de tus conocimientos, con tal de obrar el mal. Se ha dicho muchas veces ya: es mejor no saber nada, que utilizar lo aprendido para obrar el mal.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Învățături despre bine și rău, Editura Sophia, București, 2006, p. 64)