Palabras de espiritualidad

Sabiendo que el enemigo te acecha, atiende estas recomendaciones

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Ama la humildad y las lágrimas, y esfuérzate en renunciar a tu propia voluntad. No pierdas el tiempo en discusiones inútiles, que no son más que obstáculos para avanzar en las cosas de Dios.

Para no caer en la pasión del desenfreno, cuida tus ojos y no comas en exceso. Adquiere la humildad, que destruye todas las artimañas del enemigo. No cedas ante él y ora sin cesar, repitiendo: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador”, y Él se apiadará de ti. Muchas veces sucede que el hombre es tentado por los apetitos, debido a su indolencia y a que permite que su corazón piense en lo que hizo con anterioridad o en otras cosas semejantes. Si el hombre le permite a su mente que piense esas cosas, la lucha se hará cada vez más fuerte, hasta verse derrotado, aunque su cuerpo no esté de acuerdo con esos pensamientos. En tales casos, lo que hace el hombre es encender él mismo el fuego en su cuerpo.

¡Espabila, hermano, y rechaza todo recuerdo pernicioso, para no caer luego en pensamientos de pecado! Apártate de toda reunión o conversación que pueda llevarte a pecar, temiendo que con esto podrías estar encendiendo tú mismo el fuego que habrá de consumirte. Haz de esto una norma de vida. Ama la humildad y las lágrimas, y esfuérzate en renunciar a tu propia voluntad. No pierdas el tiempo en discusiones inútiles, que no son más que obstáculos para avanzar en las cosas de Dios. Refrena con decisión los órganos de tus sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, y crecerás con el don de Cristo. Permanece atento, no les muestres a los caldeos los tesoros de tu casa (IV Reyes 20, 12-18), porque, de lo contrario, te someterán y te llevarán a donde está Nabucodonosor, rey de Babilonia (IV Regi 24, 13); es decir, no te encomies a ti mismo: si lo haces, les estarás enseñando a los demonios tus tesoros espirituales y ellos te someterán. Corre a Jesús y quédate con Él. Si quieres avanzar, esfuérzate.

(Traducido de: Sfinții Varsanufie și Ioan, Despre rugăciune și trezvie în învățăturile Sfinților Părinți, Editura Egumenița, Galați, pp. 455-456)