Alaben al Señor porque es bueno, porque Su misericordia es eterna.

Cuando se nos habla sobre las bondades de Dios hacia los hombres, se nos recuerda también cuán grande es Su misericordia, tanto que no tiene medida (sería imposible abarcarla). Así, intentando demostrar esa inmensidad, se nos llama a la doxología, cuando se nos dice: “Alaben al Señor”, es decir, agradézcanle, bendíganlo.

Porque Su misericordia es eterna. ¿Qué significa “eterna”? No se nos dice que una sóla vez es Dios misericordioso, y que a la siguiente detiene Su bondad. O que una vez Dios otorga Su misericordia, y a la siguiente la suspende, como sucede usualmente con esas personas que, anegados de pasiones, interrumpen su piedad por causa de su pequeñez, se tropiezan en las circunstancias o simplemente éstas no se los permiten. Pero Dios no es así, porque Él se apiada incesantemente y nunca deja de hacerlo, de muchas maneras y utilizando distintos medios.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur – Omilii la psalmi, Psalmul 135, Editura Doxologia, Iaşi, 2011, p. 605)