San Ambrosio de Óptina nos habla de cómo enfrentar la enfermedad
El pecado no consiste en el hecho de buscar la ayuda de los médicos, sino en poner todas tus esperanzas en ellos y en sus prescripciones.
«Me preguntas a mí, que no soy sino un pecador, si es bueno que en las enfermedades comunes esperes una sanación milagrosa, implorando con tus oraciones el auxilio de Dios, y si no es pecado recurrir a remedios simples, ordinarios. Bien, no es pecado, porque todo viene de Dios nuestro Señor, tanto los remedios como los mismos médicos. Y el pecado no consiste en el hecho de buscar la ayuda de los médicos, sino en poner todas tus esperanzas en ellos y en sus prescripciones, olvidando que todo depende de nuestro Buen y Todopoderoso Dios, Quien es Uno, y que da vida o muerte de acuerdo a Su Omnisciencia».
(Traducido de: Sfântul Ambrozie de la Optina, Sfaturi pentru familia creștină, Ed. Platytera, p. 84)