San Nectario nos explica el propósito de las tentaciones
Debemos confiarnos completamente a las manos de Dios y pedirle Su auxilio, para que nos fortalezca en la debilidad.
Las tentaciones nos son permitidas para que conozcamos nuestras pasiones ocultas, para que luchemos contra ellas y así sanar nuestra alma. Son también una señal de la misericordia divina. Por eso, debemos confiarnos completamente a las manos de Dios y pedirle Su auxilio, para que nos fortalezca en la debilidad.
La esperanza en Dios no podría terminar jamás en lo opuesto: la desesperanza. Las tentaciones traen la humildad de la mente. Dios sabe cuánto puede soportar cada uno de nosotros y deja que seamos tentados según nuestras capacidades. Sin embargo, también nosotros debemos estar atentos a no caer solos en tentación.
Confiémonos, pues, al Dios que es Bueno, Fuerte y Vivo, y Él nos dará sosiego. Después de cada prueba viene una profunda alegría espiritual. A Dios le interesa saber quién de nosotros es capaz de soportar las tentaciones y pesares por Su amor. Así pues, ¡que nuestro espíritu no decaiga! ¡Dejemos de temer!
(Traducido de: Sfântul Nectarie al Pentapolei, Învăţături, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, Bucureşti, 2009, p. 17)