Palabras de espiritualidad

San Nectario oficia la Divina Liturgia en una parroquia

  • Foto: Ioana Stoian

    Foto: Ioana Stoian

Otro hermoso milagro nos lleva a asombrarnos del cuidado y el amor de San Nectario por quienes confían en su auxilio.

El suceso siguiente tuvo lugar en una iglesia ortodoxa de Estados Unidos. Un domingo, los fieles esperaban que viniera el párroco a oficiar la Divina Liturgia, pero este no aparecía... Al poco tiempo, aquellas personas vieron que venía otro sacerdote, un anciano de porte venerable, quien les dijo:

Buenos días, hijos. ¿Cómo están? El padre párroco está enfermo, por eso he venido yo a oficiar la Divina Liturgia.

Así se hizo. Al terminar la Liturgia, un fiel le preguntó al padre si quería venir a comer a su casa, con su familia. Sin embargo, el anciano le respondió:

Te lo agradezco, pero debo irme. Tengo mucho trabajo...

Pero ¿de dónde dijo usted que viene, Padre?

Vengo de Grecia.

¡Qué interesante! ¿De qué ciudad?

Vivo en Egina y me llamo Nectario. ¡Si alguno de ustedes viene a Grecia, puede pasar a visitarme!

Diciendo esto, salió de la iglesia y se alejó.

Poco después, los fieles entendieron que quien les había visitado era el mismo San Nectario, y el párroco enfermo sanó con rapidez, para que aquella comunidad no quedara sin participar de la Divina Liturgia.

(Este milagro fue relatado por el anciano Emanuel Gregoriato)