“¡Seamos felices esta Navidad!”
Ser feliz (en Navidad y aún después de ella), significa tres cosas: reconciliarte con Dios, reconciliarte con los demás y reconciliarte contigo mismo.
Cristo se humilló, naciendo en un pesebre. Jamás ningún niño en el mundo nació en un pesebre ni fue arropado con paja. Aún para el niño más pobre, en el país más pobre, siempre se ha encontrado un par de paños. Para Cristo, no. Y, no obstante, Él era feliz.
“¡Seamos felices esta Navidad!” es realmente un deseo inusual. Pero, ser feliz (en Navidad y aún después de ella), significa tres cosas: reconciliarte con Dios, reconciliarte con los demás y reconciliarte contigo mismo. Quien consiga hacerlo será auténticamente feliz.
Por eso mismo, quienes no se confiesan —porque sólo por medio de la Confesión puedes reconciliarte con Dios, con los demás y contigo mismo— en vano reciben ese saludo, porque inexorablemente seguirán siendo infelices.
(Traducido de: Preot Nicolae Tănase, Să nu-L răstignim iarăşi pe Hristos, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, p. 88)