Si amas a tu hermano, hazle ver su falta
¿Por qué pasamos con indiferencia al lado de nuestro hermano que peca, sin censurar su comportamiento, sin sentir dolor en nuestra propia alma?
La mayoría de las veces, las personas no juzgan lo que tienen que hacer solamente de acuerdo con su propia mente, sino también según los juicios de los demás. Si el pecador observa que todos se apartan de él, entiende que ha hecho algo incorrecto, incluso grave. Pero, si en vez de ser condenado, ve que los demás aprueban fácilmente su comportamiento, el tribunal de su conciencia se terminará estropeando; aún más, se reforzará su intención culposa, y entonces ¿de qué no será ya capaz?
¿Se acusará a sí mismo? ¿Acaso podrá dejar de pecar, pecando sin temor? ¿Por qué pasamos con indiferencia al lado de nuestro hermano que peca, sin censurar su comportamiento, sin sentir dolor en nuestra propia alma? Con esto, lo que conseguimos es encender más su indiferencia. En lo que a él respecta, el peor daño lo cometemos nosotros al consentir su falta.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Cuvinte alese, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2002, p. 17)