Palabras de espiritualidad

Si haces paz en ti, escucharás la respuesta a tus oraciones

    • Foto: Bogdan Zamfirescu

      Foto: Bogdan Zamfirescu

El mismo Jesucristo, para demostrarnos el beneficio y necesidad de una vida silenciosa, dejando de vez en cuando la prédica comunitaria, se alejaba a sitios solitarios, para tranquilizarse y orar.

Un silencioso asceta, tan sólo con su ejemplo de vida, enseña, habla y convence para que corramos a buscar a Dios. Sobre el valor del silencio, San Isaac el Sirio escribe: “Si en una parte ponemos todos los actos de nuestra vida, y en la otra, el silencio, veremos cómo éste pesa más que todo lo demás. No compares a los que obran milagros y señales en este mundo, con esos que pasan su vida en un silencio sabio. Debes amar la práctica del silencio pasivo, antes que el trabajo por este mundo y el regreso de muchos pueblos a Dios. Es mejor desatarte tú los lazos del pecado, que liberar a muchos de la esclavitud”.

San Juan Climaco dice: “El silencio es la madre de la oración, es escapar de la opresión espiritual, éxito en las buenas obras y una incesante ascensión al Cielo. El mismo Jesucristo, para demostrarnos el beneficio y necesidad de una vida silenciosa, en soledad, dejando de vez en cuando la prédica comunitaria, se alejaba a sitios solitarios, para tranquilizarse y orar.”

(Traducido de: Părintele Arsenie Boca, Lupta duhovniceasca cu lumea, trupul şi diavolul, ediție revizuită, Editura Agaton, Făgăraș, 2009, p. 84)