¡Si no buscas el poder, Dios te lo dará!
¿Cómo podría dirigir a otros quien ha perdido el poder sobre su propia alma? No busques el poder, que Dios te lo dará; domina tus pecados, y cuando venga el momento, Él te dará poder sobre tus semejantes, para su beneficio.
Los santos fueron hombres con una extraordinaria capacidad de renunciar a sí mismos, humildes e indiferentes ante el deseo de dominar. Precisamente por eso fue que tuvieron un enorme poder espiritual sobre los demás.
Los que buscan dominar tienden a alejar a los demás. Prisioneros de ese vicio, irritan esa misma pasión que hay en los otros, y así pierden la posibilidad de influir en ellos. ¿Cómo podría dirigir a otros quien ha perdido el poder sobre su propia alma? No busques el poder, que Dios te lo dará; domina tus pecados, y cuando venga el momento, Él te dará poder sobre tus semejantes, para su beneficio.
(Traducido de: Arhimandrit Serafim Alexiev, Tâlcuire la Rugăciunea Sfântului Efrem Sirul, traducere din limba bulgară de Gheorghiță Ciocioi, Editura Sophia, București, 2011, p. 48)