Palabras de espiritualidad

Si no trabajamos las virtudes en nuestra vida, nuestro corazón se endurecerá

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

Es suficiente con querer valorar la oportunidad que Dios nos ha dado, para llegar al Cielo junto a Él; con ésto, nos alegraremos a Su lado, como hijos Suyos que somos.

Las mujeres tienen el amor en su ser y pueden entregarle su corazón a Dios, mientras que los hombres deben ser trabajados, de manera que su corazón trabaje para Dios. Pero el hombre no se diferencia de una estatua de piedra, cuando su corazón está inactivo.

En consecuencia, todos tenemos inclinaciones espirituales, hombres y mujeres, pero no conseguimos enderezar nuestro camino. Es suficiente con querer valorar la oportunidad que Dios nos ha dado de llegar al Cielo junto a Él, para que, haciéndolo, nos alegremos a Su lado, como hijos Suyos que somos.

Así como el Buen Dios es siempre amoroso y benévolo con nosotros, llamándonos al Cielo, así también nosotros debemos evitar comportarnos inapropiadamente con nuestros semejantes, llegando hasta a pensar que estamos enviando esas almas al Cielo, por medio de nuestra dura forma de ser. El que se comporta como un bárbaro, para beneficiar espiritualmente otras almas, es peor que Diocleciano, porque éste fue idólatra y no cristiano.

(Traducido de: Cuviosul Paisie AghioritulEpistole, Editura Evanghelismos, pp. 149-150)