Palabras de espiritualidad

Si reconozco mis vicios, los podré alejar más fácilmente

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si te has enojado o has reñido con alguien, es normal que tengas remordimientos por haber caído así, pero también debes alegrarte, porque se ha revelado tu iniquidad. Entonces, podrás luchar de mejor manera en contra suya.

Alégrate por equivocarte con frecuencia, porque, sabiendo que eres una persona orgullosa, sólo así podrás alcanzar la humildad. “Dios mío”, repite, “¡Este soy yo! ¡Ayúdame! ¡No puedo hacer nada sin Tu ayuda!”

¡No caigas en la desesperanza! Cuando nos equivocamos, se nos revela nuestro verdadero yo, lo conocemos y tenemos la oportunidad de cambiarlo. De esta manera, avanzamos por el buen camino y dejamos de vivir con el falso sentimiento de que todo está bien en nosotros. Yo me alegro cuando se manifiesta alguna de mis debilidades, cuando algún vicio mío se hace evidente. Si no se hiciera evidente, empezaría a considerarme un santificado, cuando, de hecho, las semillas de mis iniquidades seguirían viviendo en mi corazón. También tú, si te has enojado o has reñido con alguien, es normal que tengas remordimientos por haber caído así, pero también debes alegrarte, porque tu iniquidad ha salido a la superficie. Entonces, podrás luchar de mejor manera en contra suya.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul V. Patimi și virtuți, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu Schitul Lacu – Sfântul Munte Athos, Editura Evanghelismos, București, 2007, p. 22)