Siete cosas que toda esposa cristiana debe saber
Tu esposo no puede leer tu mente ni entender todo lo que sientes. No se trata de un juego, sino de tu matrimonio.
1. Como esposa, nunca, repito, nunca subestimes el poder que tus palabras tienen sobre tu esposo. Tú debes ser su primera fuente de aliento. ¡Todo lo que le digas, sobre todo frente a otras personas, pesa más de lo que podrías imaginarte!
2. Una mujer que trata de manipular o controlar a su esposo, con sus explosiones emocionales, su llanto o sus arranques de furia, no está concentrada en lo que es mejor para su matrimonio; al contrario, está obsesionada en que todo se haga como ella quiere. Y este tipo de actitudes llevan siempre a la aparición de escisiones en la relación conyugal (Proverbios 12, 4; 19, 13; 21, 9; 21, 19; 25, 24 y 27, 15).
3. Tu esposo no debe ser nunca el objeto de tu veneración... ¡Una carga tan pesada podría terminar aplastándolo! Es tan sólo un hombre... seguramente se equivocará, cometerá torpezas y no será capaz de cumplir con todo lo que esperas de él. A quien debes venerar es a Dios. Realmente, mientras más crezcas en el amor a Dios, más le pedirás ver a tu esposo a través de Sus ojos, y esto tendrá un impacto inmenso en toda tu familia.
4. Todo hombre desea saber si puede confiar en su esposa. ¡Hazte digna de su confianza! A algunos hombres les toma tiempo abrir su corazón, sus sentimientos... y cuando finalmente lo hacen, es bueno saber honrar esa confianza. Si, por ejemplo, comentas con otros lo que él te ha contado sólo a ti, y luego se entera de ello, difícilmente volverá a confiarte algo.
5. Tu esposo no puede leerte la mente. Tampoco puede entender todo lo que sientes. No se trata de un juego, sino de tu propio matrimonio. Si crees que se ha equivocado en algo, elige el momento adecuado, háblale con la verdad, pero con amor, y no lo ataques cuando le confieses lo que hay en tu corazón. El propósito no es ganar una disputa, sino resolver un problema.
6. De la forma en que hables sobre él con tus hijos dependerá su éxito como padre. Si constantemente lo criticas frente a los pequeños, entonces ellos comenzarán a verlo de la forma en que tú lo ves, perdiendo todo respeto hacia él. Y, en el futuro, cuando necesites que les explique algo o los corrija después de cometer alguna falta, ya no le obedecerán, gracias a ese desdén que tú misma has alimentado hacia él.
7. Tu carácter es tu principal cualidad en la vida en común, en relación a lo que tu esposo necesita o espera de ti (Proverbios 31, 10-12). ¡Dedica tanto tiempo a tu desarrollo interior, como lo haces con tu aspecto exterior!
(Perry Noble)
Traducción y adaptación al rumano: Padre Ioan Valentin Istrati