¡Sin sacerdote no es posible el perdón y la absolución de los pecados!
Sólo la Iglesia tiene esa potestad, por medio de sus sacerdotes y jerarcas, de atar y desatar los pecados del mundo.
Sólo por medio de la Iglesia se pueden perdonar los pecados. Sólo la Iglesia tiene esa potestad, por medio de sus sacerdotes y jerarcas, de atar y desatar los pecados del mundo. ¡Que no los engañen esos insensatos que dicen que pueden perdonar pecados, sin ser sacerdotes u obispos! ¡No crean en esas mentiras!
Cristo otorgó esa potestad a Sus apóstoles, y éstos, por medio de la imposición de manos, transmitieron esa atribución a obispos y sacerdotes. Luego, sin sacerdote no existe salvación, ¡Sin sacerdote no es posible el perdón y la absolución de los pecados! Sin el clero y los jerarcas la Iglesia no existiría, porque dice San Cipriano: “Sin jerarcas, la Iglesia no es Iglesia. Y, sin sacerdote, el cristiano no puede llamarse cristiano”.
(Traducido de: Arhimandrit Cleopa Ilie, Călăuză în Credința Ortodoxă, Editura Episcopiei Romanului, 2000, p. 99)