Sobre el equilibrio en el sueño
Los mismos médicos confirman que el sueño en desmesura es dañino para la salud. Y Platón decía que los que duermen no se diferencian en nada de los muertos.
Debo recordarte, junto a todo esto, que que esas desagradables imágenes que procuramos que no se graben en nuestra mente (porque la mente se llama también “imaginación”, de acuerdo a Aristóteles, aunque también sufre) con nuestros ojos abiertos, muchas veces nos las envía el maligno aún cuando tenemos los ojos cerrados, es decir, cuando dormimos. Porque San Gregorio de Nacianzo dijo, en sus versos yámbicos: “El hombre amodorrado es uno que vive entre sueños. El sueño es refugio de las sombras y no de las cosas”. Por eso, debemos administrar con sabiduría esta necesidad del cuerpo, durmiendo con medida, porque bien sabemos que el sueño exagerado no sólo debilita los miembros, aletarga la mente y sobrecarga la cabeza, permitiéndole al viejo retratista y mentor de la astucia (como lo llama un padre) proyectar en la imaginación sus viejas e impías representaciones, que muchas veces vienen a enturbiarnos con las perturbaciones nocturnas, Los mismos médicos confirman que el sueño en desmesura es dañino para la salud. Y Platón decía que los que duermen no se diferencian en nada de los muertos.
(Traducido de: Sfântul Nicodim Aghioritul, Paza celor cinci simțuri, Editura Egumenița, Galați, p. 133)