Sobre el mal y su origen
El mal es algo propio de esos espíritus que se han apartado del amor de Dios.
El mal es algo propio de esos espíritus racionales, pensantes, que se han apartado del amor de Dios. Esos espíritus que, centrados en su propia persona, siguen siendo insumisos, preocupados por pensar solamente en su propia inteligencia. Pero, por más que se esfuerce cualquier poder pensante —que no esté unido a la Fuente de la Vida y que no sepa obrar o decir algo bueno—, todas las bellas palabras que pronuncie y todo lo que haga seguirá conteniendo la pestilencia del infierno, porque Dios es solo Uno, el Manantial de la Vida y la Alegría, Fuente del Amor, la Justicia y la Bondad.
(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea Vitovnița, Pace și bucurie în Duhul Sfânt, Editura Predania, București, 2010, p. 12)