Sobre el propósito de la muerte
“El hombre debe morir para que la maldad no sea perpetua”. Lo mismo dicen los Santos Padres.
Hace algún tiempo conocí a un anciano sacerdote, quien me confió un pensamiento que le preocupaba constantemente. Su inquietud era, ni más ni menos ¿por qué tiene que morir el hombre? Y encontró la respuesta, cuando, oficiando un entierro, leyó con más atención las oraciones de absolución, que dicen: “el hombre debe morir para que la maldad no sea perpetua”. Lo mismo dicen los Santos Padres.
Hasta la venida de Cristo, la muerte era considerada un castigo para la humanidad. Pero, con la Resurrección de Jesús, la muerte empezó a ser entendida como un castigo por nuestros pecados.
Tal como la persona se cambia la ropa, así también el alma necesita cambiar este “envoltorio” de arcilla, es decir, el cuerpo.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca, Din învățăturile Părintelui Arsenie Boca – Rostul încercărilor, Editura Credința strămoșească, 2008, p. 32)