Palabras de espiritualidad

Sobre la comunión frecuente

    • Foto: Oana Nechifor

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La comunión frecuente, aún diaria, es recomendada también por San Juan Crisóstomo, quien se lamentaba porque muchos fieles de su época no comuilgaban sino una vez al año.

Los Padres de la Iglesia recomiendan la comunión frecuente. Así, San Basilio el Grande dice, en su Epístola XXXIII: “Es bueno y provechoso comulgar diariamente y recibir los Santos Misterios, porque el mismo Cristo dijo: El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna (Juan 6, 54). Nosotros, por nuestra parte, comulgamos cuatro veces a la semana: el domingo, el miércoles, el viernes y el sábado, así como en los días cuando conmemoramos a algún santo”.. Evidentemente, San Basilio y su comunidad comulgaban cuatro veces a la semana, porque oficiaban la Divina Liturgia cuatro veces, es decir, en los días mencionados. La comunión frecuente, aún diaria, es recomendada también por San Juan Crisóstomo, quien se lamentaba porque muchos fieles de su época no comuilgaban sino una vez al año. De lo mismo hablan San Juan Casiano (siglos IV-V) y San Teodoro el Estudita (siglo IX). En sus conocidas Reglas, San Teodoro insiste en la obligación monacal de recibir la Eucaristía con regularidad. He aquí algunas de sus palabras: “Si al celebrarse la Divina Liturgia algún monje queda sin comulgar, que explique sus motivos; de lo contrario, que ayune hasta el ocaso (n. 31). “Aquel que por su propia iniciativa no comulgue, que sea separado de la comunidad por un día” (n. 10). “Qiiien no comulgue por más de cuarenta días, que diga el motivo. Y, si se constata que ha sido por su propia negligencia, que sea sometido a un castigo de cuarenta días.

(Traducido de: Sfântul Nicodim Aghioritul, Despre deasa Împărtășanie, Editura Institutului Biblic, pp. 15-16)

 

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