¡Solamente hoy podemos hacer el bien!
¡Pongamos, pues, nuestras riquezas en manos de los pobres, que Cristo nos las devolverá multiplicadas!
¡Escucha, cristiano! “¡Mientras nos quede tiempo!”. Escribamos esas palabras apostólicas en nuestros corazones. Este es el tiempo propicio, el de nuestra vida en este mundo. Solamente hoy podemos obrar el bien y ser caritativos. En la vida futura ya no podremos hacerlo. Esforcémonos, pues, en sembrar hoy, para poder descansar después. Utilicemos nuestros tesoros aquí, que en la otra vida obtendremos aún más. Repartamos nuestro oro y nuestra plata a los pobres, y recibiremos en abundancia los dones de nuestro Señor Jesucristo. ¡No temas, cristiano! “Porque fiel es Aquel que ha prometido” (Hebreos 10, 23). Pon tu plata en manos de los pobres, porque Cristo prometió que en cambio te dará una ganancia mayor.
Se perderá todo lo gastado en pasiones y lujos, en suntuosas y bellas mansiones, en banquetes, en caros ropajes, en pomposos carruajes, en hermosos caballos y cosas semejantes. Todos esos gastos son inútiles y quedarán en nada. Todo esto lo entenderás el día de tu muerte, cuando tengas que desprenderte de todo y dejarlo aquí. Pero aquello que hayas puesto en manos de los necesitados, eso no desaparecerá y habrá de otorgarte múltiples frutos, como la semilla que, cayendo en tierra fértil, no muere y produce abundantes frutos para el sembrador.
¡Pongamos, pues, nuestras riquezas en manos de los pobres, que Cristo nos las devolverá multiplicadas!
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Comoară duhovnicească, din lume adunată, Editura Egumenița, Galați, 2008, pp. 93-94)