Tener una fe que mueva montañas
Si alguien quiere trazar un camino entre las montañas, o cavar un túnel, es como si se propusiera mover la montaña misma, porque significa cambiar el estado original de las cosas.
Amados fieles, ¡créanme, mover una montaña es algo realmente prodigioso! Mover una montaña, aunque sea trozo a trozo… trazar un sendero entre las montañas es una cosa extraordinaria, ¡pero nadie podría conseguirlo si le falta la fe! Si alguien quiere trazar un camino entre las montañas, o cavar un túnel, es como si se propusiera mover la montaña misma, porque significa cambiar el estado original de las cosas.
En la Filocalia hay un texto de San Máximo el Confesor, en el cual explica que aquello a lo que se refería nuestro Señor Jesucristo al decir que la fe puede mover montañas, no era necesariamente a grandes elevaciones de terreno o de roca. Nuestro Señor, según San Máximo, estaba hablando de montañas de maldad, de indiferencia, de duda, de incredulidad. Esas “montañas” que se alzan ante nosotros y nos impiden acercarnos a Dios…
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Cuvinte către tineri, Editura Omniscop, Craiova, 1998, p. 40)