Dijo un padre: “Si la cera no es calentada al fuego para que se ablande, no será posible utilizarla para poner un sello en ella”. De igual modo, si el hombre no es ablandado con el fuego de las aflicciones, las enfermedades, los sacrificios, las tentaciones y las debilidades, no se podrá grabar en él el sello del Espíritu Santo; por esta razón, el Señor le dijo al Santo Apóstol Pablo: “Te basta Mi Gracia, pues Mi poder triunfa en la flaqueza”. Y el mismo Apóstol Pablo dice en su libro: “De mí no presumiré sino de mis flaquezas, para que more en mí el poder de Cristo”.

Entonces, también tú, hijo, soporta por el Señor todas las ofensas, las tribulaciones, las enfermedades y cualquier otra tentación que te sobrevenga, según la voluntad de Dios, para tu propio beneficio. Porque, solamente soportando todo esto con gozo, podrá el hombre entrar al Reino de los Cielos.

(Traucido de: Sfântul Ioan Iacob de la Neamț – Hozevitul, „Pentru cei cu sufletul nevoiaș ca mine...”, Editura Doxologia, Iași, 2011, p. 627)