Palabras de espiritualidad

“Tengo 38 años y nunca me he confesado. ¿Es posible encontrar quién me confiese?”

    • Foto: Crina Zamfirescu

      Foto: Crina Zamfirescu

Acercarte a Dios no es una obligación, no es algo que pueda hacerse a la fuerza, sino que debe ser una cosa natural, espontánea.

Alguien me escribe: “Tengo 38 años y nunca me he confesado. ¿Es posible encontrar quién me confiese?”.

—Sí, es posible confesarte a los setenta y a los noventa años; lo importante es que el Espíritu te impulse y tú tengas las fuerzas de llegar ahí. ¡No te demores más, busca pronto un confesor! Si no confías en tu propio párroco, busca un confesor en alguna otra iglesia o en algún monasterio. Si sientes que no podrías confesarte con un sacerdote joven, busca uno mayor. Esto es lo mismo que en la medicina u otras profesiones. Si el médico del dispensario que hay en nuestro vecindario no nos despierta confianza, vamos al hospital y buscamos otro. Lo demás son pretextos que nos inventamos para mantenernos lejos de Dios.

Acercarte a Dios no es una obligación, no es algo que pueda hacerse a la fuerza, sino que debe ser una cosa natural, espontánea. Así es como se realiza el hombre, acercándose a Dios. La Iglesia y todos sus instrumentos tienen precisamente la función de acercar, concretamente, el hombre a Dios.

(Traducido de: Pr. Prof. dr. Constantin Coman, Între iluzia împlinirii și certitudinea eșecului, Editura Bizantină, p. 40)