Testimonio del amor de Santa Parascheva
Llorando, me acerqué a las reliquias de Santa Parascheva, y le pedí que trajera un poco de luz a mi vida... y se hizo la luz.
Sufría de una terrible afección en la columna vertebral. Cuando había perdido ya todas las esperanzas, decidí visitar la Catedral Metropolitana de Iasi, pensando que en cualquier momento habría de morir. Mi vida era sólo oscuridad, vacío. “¿Qué esperanza le queda a una persona joven, condenada a una silla de ruedas?”, era lo que me repetía y una otra vez. Llorando, me acerqué a las reliquias de Santa Parascheva, y le pedí que trajera un poco de luz a mi vida... y se hizo la luz.
Por eso, vengo con frecuencia a visitarla y a agradecerle por haberme sanado completamente. Estoy convencida de que “todo lo que le pidamos al Padre, creyendo, se nos dará”. (Ana-Maria)