Palabras de espiritualidad

Todo empieza en el corazón del hombre

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Los Santos Padres pensaron en un mejoramiento real, no en algo exterior, como los fariseos y los escribas, a quienes el Señor comparó con sepulcros blanqueados por fuera, pero llenos de corrupción y muerte por dentro.

¿Por qué dice el Señor que del corazón del hombre brotan los malos pensamientos? Lo que hace es tomar en cuenta el interior en general; luego, la mente obra en el corazón y extrae de este, de lo más profundo de nuestra existencia, lo que haya allí para ensuciar al hombre, en caso de que lo que encuentre sea negativo. Veamos qué sucede con el Santo Evangelista Marcos: aunque el suyo es el Evangelio más corto, nos presenta muchos detalles que los demás evangelistas no tienen. En el caso de las maldades que ensucian al hombre, San Marcos nos da una lista mucho más larga que la de San Mateo. En el Evangelio según San Marcos aparecen trece cosas que hacen impuro al hombre, en palabras del Señor.

Los Santos Padres, viendo esto, que el corazón del hombre es depósito de buenos o malos pensamientos, se ocuparon más del perfeccionamiento del hombre, empezando desde el corazón. Nuestro Señor Jesucristo dijo: “Aprended de Mí, que Soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Por eso, los Santos Padres pensaron en un mejoramiento real, no en algo exterior, como los fariseos y los escribas, a quienes el Señor comparó con sepulcros blanqueados por fuera, pero llenos de corrupción y muerte por dentro. Del mismo modo, agradables por fuera, estéticamente ataviados, así eran los fariseos y los escribas, aunque por dentro estaban sucios. El Señor dice: “Aprended de Mí, que Soy manso y humilde de corazón”, es decir, “en el interior, en lo profundo de Mi ser, Yo Soy manso y humilde de corazón”.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Cum putem deveni mai buni – Mijloace de îmbunătățire sufletească, Editura Agaton, p. 135)