Todos los que buscan la salvación...
La conciencia de cada persona es un juez incorruptible, justo y severo. Solamente obedécela sin cesar y con perseverancia.
Todo pecador que vuelve a Dios con sinceridad, debe poner su esperanza en el auxilio de la Gracia Divina en su lucha contra el pecado, las pasiones y las demás tendencias a la comisión del mal. Debe creer sinceramente y sin titubeos en Dios, llamándolo insistentemente y con valor, odiando con fuerza el pecado y arrepintiéndose de todo corazón por sus faltas, decidido a dejar de pecar. Todos los santos, la Madre del Señor, nuestros santos ángeles custodios y todos los justos de Dios están listos para venir a ayudarnos a nuestra salvación; nuestros santos padres y pastores espirituales se presentan ante Dios para socorrer y guiar a quienes buscan la salvación.
La conciencia de cada persona es un juez incorruptible, justo y severo. Solamente obedécela sin cesar y con perseverancia.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronștadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, 2002, p. 87)