Todos necesitamos un guía espiritual en nuestro camino a la salvación
Necesitamos de alguien que esté entre nosotros y Dios, un hombre de Dios, que nos revele Su voluntad.
Es importante tener un padre espiritual, porque es bueno examinarnos con una conciencia ajena a la nuestra, con una conciencia superior a la nuestra. Necesitamos alguien que pueda ver más allá de lo que nosotros podríamos ver, un hombre que pueda darse cuenta de todas esas situaciones que nosotros, siendo parte de ellas, no podemos ver en su totalidad, mucho menos resolverlas. Y entonces necesitamos de alguien que esté entre nosotros y Dios, un hombre de Dios, que nos revele Su voluntad. Necesitamos un hombre que escuche nuestras confesiones, que para nosotros son también un alivio espiritual. Necesitamos un hombre que sepa mejor que nosotros lo que tenemos que hacer para apartar de nuestra vida todo lo que está mal y fortalecernos en lo bueno que debemos cultivar.
Uin padre espiritual puede ser grande, para quien le obedece, o puede ser pequeño, para quien no sabe obedecerlo. Y también puede ser insignificante, para quien simplemente lo ignora.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 50)