Un mensaje para los jóvenes que aún no han madurado espiritualmente
Huye de los malos hábitos como si fueran lo mismo que te ataran con gruesas cadenas y te enviaran a prisión.
Escucháme, joven: mientras goces de libertad espiritual, huye de los malos hábitos como si fueran lo mismo que te ataran con gruesas cadenas y te enviaran a prisión. Al contrario, cultiva solamente buenas costumbres, buenos hábitos, con los cuales se conserva, se fortalece y se sella la libertad espiritual. Y si con el paso de los años alguno de ustedes siente el deseo de servir a Cristo, aunque, desafortunadamente, haya adquirido distintos hábitos de pecado, o el gusto por el lujo y las comodidades —que usualmente someten al alma a una suerte de esclavitud—, que no se deje vencer por la indolencia y la duda. Al contrario, que se enrole valientemente en la lucha contra los malos hábitos. La victoria en contra de estos no es imposible, si el hombre cuenta con el auxilio que viene de lo Alto.
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, Traducere de Adrian si Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2000, pp. 46-47)