Un noviazgo puro es el fundamento de toda familia feliz
Les recomiendo que no se apresuren en casarse, mientras la visión cristiana del mundo no eche profundas raíces en ustedes.
Queridos míos, sé que ambos han empezado a percibir que en el mundo existen valores verdaderos, aunque aún no los hayan alcanzado; pese a esto, ustedes los admiran y creen que ya han obtenido semejantes tesoros. ¡No, queridos míos! Aún les esperan esfuerzos más grandes y difíciles... sólo el tiempo demostrará si han sido capaces de resisitir y si se han hecho dignos de tales bienes. Así, deben empezar arrancando todos los malos hábitos que se hayan formado en sus vidas.
Les recomiendo que no se apresuren en casarse, mientras la visión cristiana del mundo no eche profundas raíces en ustedes.
Ahora que se hallan en la etapa de la lucha espiritual y del cambio, lo mejor es no atarse con las cargas de la vida conyugal. Intenten mantener un noviazgo puro, fundamento indispensable de toda familia virtuosa.
(Traducido de: Arhimandritul Ioan Krestiankin, Povăţuiri pe drumul Crucii, Editura de Suflet, Bucureşti, 2013, pp. 176)