Un tiempo para ensimismarnos y preparar el alma para la oración
Si sentimos que nuestras actividades diarias contribuyen a que nuestra mente se disperse, busquemos al menos esos diez minutos para orar, para leer dos o tres textos “poderosos”, algo espiritual…
El sosiego es algo que ayuda muchísimo en la vida espiritual.
Es recomendable que cada persona dedique al menos una hora al día a meditar y ensimismarse, para conocer sus propias pasiones y esforzarse en arrancarlas, para purificar su corazón.
Si en la casa hay una habitación silenciosa y llena de quietud, que evoque la atmósfera de una celda monástica, es algo muy bueno. Ahí, en “secreto”, el cristiano podrá cumplir con sus deberes espirituales, como leer los textos de los Santos Padres y, ante todo, orar. Un poco de lectura espiritual, antes de empezar a orar, es algo que ayuda muchísimo, porque templa el alma y hace que la mente se transfiera al espacio espiritual.
Por eso, si sentimos que nuestras actividades diarias contribuyen a que nuestra mente se disperse, busquemos al menos esos diez minutos para orar, para leer dos o tres textos “poderosos”, algo espiritual, que aparte esa disgregación de pensamientos.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 165)