Una forma de practicar la “Oración del corazón”
Luego llegas a un punto en el que ya no hace falta que tus oídos escuchen nada, sino que empiezas a orar con la mente en el corazón, sin permitirte dialogar con tus pensamientos.
Algunas veces es necesario orar en voz alta, porque también a veces el Espíritu Santo se aparta un poco. Con la “Oración de Jesús”, el Espíritu Santo nos ayuda... sólo con nuestras propias fuerzas nada podríamos hacer. El Espíritu Santo nos enciende con el amor a Dios.
Hay momentos —talvez unos quince minutos— en los que oras en voz alta. Después empiezas a susurrar y luego llegas a un punto en el que ya no hace falta que tus oídos escuchen nada, sino que empiezas a orar con la mente en el corazón, sin permitirte dialogar con tus pensamientos.
(Traducido de: Părintele Proclu Nicău, Lupta pentru smerenie și pocăință, Editura Agaton, Făgăraș, 2010, pp. 24-25)