Palabras de espiritualidad

Una palabra suave puede más que un gesto severo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

“No es posible ganarte a nadie con la severidad. Elige siempre la bondad”.

Un amigo me confesó que sufría debido al comportamiento severo de sus jefes. Esta situación amenazaba con humillarlo y dar una impresión errada de su forma de ser. El anciano lo recibió, lo escuchó, le explicó bien las cosas y le hizo una radiografía espiritual muy correcta:

«Eres bueno, sensible, pacífico… eres un cordero de Dios. Pero, cuando los demás se comportan duramente contigo, les respondes en tu interior, y, entonces, ellos te juzgan equivocadamente y no te comprenden. En cambio, cuando te tratan suavemente, eres capaz de cosas maravillosas, que asombran a todos. Esas personas que te han juzgado de forma equivocada y te han herido, no conocen aquella antigua fábula del viento y el sol, quienes una vez discutían, cada uno afirmando que era más fuerte que el otro. Así, decidieron ponerse a prueba: El que consiguiera que un caminante —quien justamente pasaba por el lugar— se quitara el abrigo, sería declarado el más fuerte. Entonces, el viento empezó a soplar a toda potencia… pero al caminante le dio frío e inmediatamente se abrochó todos los botones del abrigo; después, siguió su camino, con los brazos apretados para hacer frente al viento. A continuación, vino el turno del sol. Asomándose alegremente detrás de unas nubes, su cálida luz empezó a inundar todo el paisaje, de tal forma que el caminante sintió calor y se quitó el abrigo. Entonces, el sol le dijo al viento: “¿Ves quién de los dos es el más fuerte?”».

Y concluyó: “No es posible ganarte a nadie con la severidad. Elige siempre la bondad”.

(Traducido de: Părintele Porfirie,  Antologie de sfaturi și îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău)

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