¡Qué dicha tan grande vivir de rodillas a los pies del Señor! ¡Y cómo es que el mundo no conoce semejante forma de vida! ¡Cómo es que el mundo no conoce la dulzura, la paz, el regocijo y el poder que descienden de lo Alto, del Cielo, sobre aquellos que viven de rodillas a los pies del Señor! El mundo no conoce a su Salvador, por eso es que no conoce esa forma de vida.

Cuando has encontrado al Señor, cuando has conocido la dulzura y el poder de una vida postrada ante Sus pies, nada ni nadie podría levantarte de ahí, nadie podría hacer que te vayas de Su lado. Cuando conoces esa forma de vida, dejas de hacer las cosas espirituales por obligación, como lo hacías antes, recurriendo a cualquier nimiedad. Y es que tu vida entera se ha entregado al Señor y empiezas a vivirla con Él. Así, tu vida, de hecho, brota totalmente hacia Él.

(Traducido de: Preotul Iosif Trifa, Mai lângă Domnul meu, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2003, p. 84)