¡Ve con fe al encuentro de tu confesor y obtendrás el Paraíso!
El Señor nos instruye con Su gracia. Pero no todos pueden entender esto, sólo algunos pocos, esos que han renunciado a su propia voluntad, por humildad. Nosotros, sin embargo, debemos aconsejarnos con nuestros santificados confesores y ellos nos guiarán hacia Cristo, porque ellos tienen el don de atar y desatar.
El Señor nos legó el Evangelio y quiere que lo sigamos, pero junto a esto, el Señor nos instruye con Su gracia. Sin embargo, no todos pueden entender esto, sólo algunos pocos, esos que han renunciado a su propia voluntad, por humildad. Nosotros, no obstante, debemos aconsejarnos con nuestros santificados confesores y ellos nos guiarán hacia Cristo, porque ellos tienen el don de atar y desatar. ¡Ve con fe al encuentro de tu confesor y obtendrás el Paraíso!
Si te resulta difícil, recuérdate de las piadosas palabras del Señor: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso” (Mateo 11, 28). Y este descanso en el Espíritu Santo lo recibe el alma por medio del arrepentimiento.
(Traducido de: Cuviosul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, Sibiu, 2000, pp. 164-165)