Palabras de espiritualidad

A veces el asombro nos ayuda a ponernos en movimiento y apreciar lo que tenemos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Sana esa insensibilidad, despertándote del estado en que te hallas. ¡Mírense mutuamente y asómbrense!

Madre, tengo novio y creo que estaremos juntos por siempre… Con todo, a veces siento que mi amor por él parece disminuir. ¿Cómo hacer para que el amor dure para siempre? ¿Qué me hace sentir esas dudas?

—La causa de esto se halla en tu propio estado interior. Te lo explicaré: nosotros no vivimos siempre a la misma altura, ni espiritual, ni emocional. Somos seres que nos balanceamos de arriba hacia abajo, una y otra vez. Luego, tienes que aceptar que eres persona, que te hallas en movimiento permanente y aprender a conocer tus dolencias y debilidades. Tú sabes cuál es la causa de todo eso. O es que eres celosa, o envidiosa, o insensible. Y, ciertamente, esto te impide darte cuenta de lo que pasa en tu interior. Recuerdo que una vez una señora me preguntó cómo hacer para volver a amar a su esposo. Le dije: “¡¿Qué harías si se muere mañana?!”. Otra quería divorciarse, y le dije: “¡No lo hagas, porque tu esposo se va a morir la próxima semana! ¡Puedo verlo!”. Unos días después, volvió y me dijo: “¡Madre, es mi esposo, y lo amo mucho, porque es lindo e inteligente!”. Lo mismo tú, sana esa insensibilidad, despertándote del estado en que te hallas. ¡Mírense mutuamente y asómbrense!

A veces, en mi vida han sucedido cosas extrañas, y he terminado preguntándome: “¿Por qué?”. Porque me he vuelto insensible y hay cosas que dejo pasar, hasta que me detengo y digo: “¡Ey!”. Y Dios dice: “¡Finalmente te has vuelto a asombrar!”. ¡Asómbrense, pues, del hecho de ser, del hecho de que se aman! Porque, a pesar de ser débiles y enfermos, nos amamos. ¡Vamos! ¡Más asombro!

(Fragmento de una conferencia sostenida por la madre Siluana Vlad, con el tema de “La familia en la sociedad actual”, en la Casa de Cultura de los Estudiantes de Iași, el 4 de octubre de 2018)