Palabras de espiritualidad

Venerable Juan el Eremita, gran practicante de la oración

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Anhelando la vida ascética, se retiró a la montaña, en el valle de un riachuelo llamado Râşcuţa, y ahí vivió en devoción y agradablemente a Dios por más de treinta años.

Venerable Juan el Eremita, del Monasterio Râşca (siglos XVI-XVII)

El hiero-esquema-monje Juan era uno de los discípulos del Santo Obispo Juan de Râşca y Secu (Rumanía), obedeciendo primero en el monasterio donde fuera tonsurado, hasta que su mentor y padre espiritual partió a la vida eterna. Después, anhelando la vida ascética, se retiró a la montaña, en el valle de un riachuelo llamado Râşcuţa, y ahí vivió en devoción y agradablemente a Dios por más de treinta años.

Este anacoreta fue un gran practicante de la “Oración de Jesús” y uno de los más grandes maestros de la oración de todo el país. Tanto avanzó en la vida ascética y en la meditación, que cuando oraba su rostro se iluminaba por el don del Espíritu Santo y era capaz de ver el futuro.

Su humilde celda, hecha de madera y cieno, se hallaba en una minúscula pradera apartada del mundo, a unos tres kilómetros del monasterio, llamada aún hoy la “Pradera de Juan”. En aquel lugar tenía un puñado de discípulos, una pequeña capilla para orar y una huerta. En esa pradera siempre vivieron ascetas con una vida excelsa, constituyendo un refugio de sosiego para los monjes del Monasterio Râşca. Se cree que en ese mismo lugar vivió el beato Obispo Juan con su comunidad, escondiéndose de los turcos, cuando era higúmeno de Râşca.

Luego, esforzándose en la virtud y enfrentando no pocas tentaciones por parte del maligno, el Venerable Juan el Eremita entregó su alma en manos de Cristo y pasó a formar parte de las legiones de nuestros virtuosos padres.

(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie BălanPatericul românesc, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 183)