Palabras de espiritualidad

Vivir sin temer

    • Foto: Florentina Mardari

      Foto: Florentina Mardari

Translation and adaptation:

Mucho habremos de sufrir, si nos preocupamos solamente por nosotros mismos y no ponemos nuestras esperanzas en Dios, Quien cuida de todo.

La exagerada preocupación por las necesidades de esta vida es señal del hombre sin fe y pequeño de alma. Mucho habremos de sufrir, si nos preocupamos solamente por nosotros mismos y no ponemos nuestras esperanzas en Dios, Quien cuida de todo.

Es mejor despreciar todo lo que no es nuestro, es decir, todo lo pasajero y terrenal, y buscar lo que sí es nuestro, es decir, lo que no es perecedero, lo que es eterno.

La tristeza es el gusano del corazón, que devora a la madre que le ha parido.

Aquel que ha vencido sus pasiones, ha vencido también el dolor. Aquel que se deja vencer por las pasiones, no podrá librarse de las ataduras del dolor. Así como es posible reconocer a un enfermo según el tono de su rostro, así también es posible reconocer al pecador por su desesperanza.

El Señor cuida de nuestra salvación. Entre tanto, el demonio, asesino de hombres, se esfuerza en llevarnos a la desesperanza.

En nuestra vida espiritual no debemos asustarnos por ningún adversario. Al contrario, debemos poner nuestras esperanzas en las palabras del Señor: “No llaméis conspiración a todo lo que este pueblo llama conspiración; no temáis lo que él teme, no os asustéis. Sólo al Señor Todopoderoso tened por santo; temedle a Él, sólo ante Él temblad” (Isaías 8, 12, 13).

(Traducido de: Glasul Sfinţilor Părinţi, traducere de Părintele Victor Mihalache, Editura Egumeniţa, 2008, p. 35)